A partir del guion original o de una transcripción, el traductor crea y pauta los subtítulos que luego traducirá teniendo en cuenta las especificaciones técnicas y guía de estilo de su cliente.
Los contenidos audiovisuales están pensados para ser vistos y escuchados simultáneamente, lo que implica que deben ser traducidos a diferentes idiomas. La traducción audiovisual se encarga de transferir los componentes verbales de esas obras, ya sean películas o programas de televisión, al idioma de destino. Los contenidos se traducen y adaptan al soporte audiovisual, asegurándose de captar la esencia del mensaje para transmitirla de manera correcta y sin perder sus matices al público destinatario.
En este tipo de traducción audiovisual se escriben los diálogos generalmente en la parte inferior de la pantalla, por lo que el traductor debe adaptar la longitud de las frases a la velocidad de lectura de los espectadores para que la transcripción sea legible y respete los cambios de plano de las secuencias cinematográficas sin romper la coherencia sintagmática.